martes, 4 de noviembre de 2008

Obama y McCain votan en una jornada histórica

Son más de 153 millones de personas las que están convocadas a las urnas para elegir al nuevo presidente de Estados Unidos entre Barack Obama y John McCain, una cita con la historia en la que el demócrata parte como favorito en todas las encuestas y se convertiría en el primer inquilino afroamericano de la Casa Blanca. Se espera una participación sin precedentes: las largas colas a las puertas de los centros electorales así lo hacen pensar.

Por los diferentes husos horarios, los colegios electorales de la costa este han sido los primeros en abrir sus puertas: los estadounidenses residentes en más de trece estados del país han sido primeros que han podido elegir al que será su presidente número 44. Acaba así una de las campañas más largas y más costosas de la historia de la nación.

De los candidatos, el primero en depositar su papeleta ha sido Barack Obama. El aspirante demócrata lo ha hecho en Chicago a las 7,40 horas (13.40 GMT). Ha acudió a su centro de votación acompañado de su mujer, Michelle, y sus dos hijas, y ha aprovechado para saludar a algunas de las personas que se encontraban en las inmediaciones. Los bostezos de una de sus hijas le han acompañado mientras preparaba las papeletas. Con ella ha intercambiado sonrisas y gestos de cariño. Una vez depositado el voto, los asistentes le han aplaudido. También ha votado temprano el candidato demócrata a la vicepresidencia de los Estados Unidos, Joe Biden, que ha acudido a su centro electoral en Delaware.

Poco después de las 09.15 horas (16.15 GMT) el candidato republicano John McCain ha votado en Phoenix (Arizona). A las puertas del centro de votación le esperaba un gran despliegue mediático. Allí ha saludado a algunos de sus simpatizantes.

Tras depositar su papeleta se ha trasladado a Colorado y Alburquerque (Nuevo México), ambos estados en los que el actual presidente, George W. Bush, ganó en las elecciones de 2004 pero que este año, y según las encuestas, tienden al lado demócrata. Su compañera de cartel, la aspirante a la vicepersidencia Sarah Palin, gobernadora de Alaska, ha votado casi al mismo tiempo en la ciudad de Wasilla.

Los candidatos, sin descanso

Atrás quedan 21 largos meses de campaña que comenzaron con unas reñidas primarias en el lado demócrata y que han llevado a los aspirantes a recorrer millones de kilómetros en busca del voto. El tiempo de los discursos y las propuestas ha terminado y son las urnas las que tienen que hablar.

Los candidatos han apurado hasta el último minuto y se han embarcado en una jornada maratoniana de cierre de campaña, en un intento de última hora de captar los votos indecisos de los estados claves. Sin embargo, Obama ha visto truncada su felicidad en la previa electoral por la noticia de la muerte de su abuela, Madelyn Dunham, la persona que se hizo cargo de su educación a los diez años, y a la que estaba muy ligado.

En la espera, mientras llegan los resultados, los aspirantes tampoco van a descansar. Obama, que ayer se trasladó a su feudo político, Chicago, ha viajado a Indianápolis tras votar para continuar haciendo campaña. Sabrá si finalmente es el ganador a su vuelta al estado de Illinois, donde apura las horas haciendo lo que ya se ha convertido en una tradición el día de los comicios: jugar al baloncesto. La fiesta está preparada en Chicago.

153,1 millones de estadounidenses pueden votar

En total se estima que unos 153,1 millones de estadounidenses se han registrado para votar en estos comicios, en torno al 73,5% de la población mayor de 18 años, diez millones más que en las últimas elecciones de 2004, según un informe del Centro para el Estudio del Electorado Americano. La última vez que se recuerda un índice de registro tan alto fue en 1964, cuando el dato alcanzó el 72,1%. De todas las personas registradas en estos comicios se espera que finalmente acudan a las urnas en torno a 135 millones, un 65% de los posibles votantes.

La apertura de los centros de votación ha dependido de cada estado. Empezaba en torno a las seis de la mañana. Estados Unidos es un país con cuatro husos horarios, así que los primeros colegios de la costa este han abierto sus puertas cuando en España eran las 12.00 horas. Los últimos en cerrar en la costa oeste lo harán cuando en España sean las 5.00 horas del miércoles.

Los resultados de la elección en cada estado no son oficiales hasta que termina el recuento total de votos, lo cual puede llevar muchas horas, y lo habitual es que los medios vayan dando a conocer sus proyecciones a partir de sondeos a pie de urna.

Obama, claro favorito

Obama mantiene una cómoda ventaja frente a McCain en todas las encuestas de intención de voto popular, aunque sigue habiendo un importante número de indecisos, en torno al 8%, que podrían dar sorpresas. Según la última media de todos los sondeos, que elabora el portal especializado Realclearpolitics.com, el candidato demócrata tiene una diferencia de 6,4 puntos.

Las miradas de los candidatos y sus estrategas y las de los ciudadanos están puestas en los mapas electorales. El voto en este país no es directo y el presidente es elegido por el Colegio Electoral, formado por 538 delegados que representan a los 535 legisladores del Congreso bicameral y tres compromisarios del Distrito de Colombia, donde se encuentra la capital política del país, Washington DC.

La cifra mágica son 270 votos electorales y, según el complejo sistema electoral estadounidenses, el candidato que logra la mayoría del voto popular en un estado se adjudica la totalidad de los votos correspondientes a ese territorio, en lo que se conoce como "todo para el ganador", salvo en Maine y Nebraska, donde se reparten de forma proporcional.

Obama parte con ventaja en estados que le darían hasta 300 votos electorales, según un análisis del Washington Post, que destaca que el senador por Illinois está por delante en todos los que hace cuatro años votaron por John Kerry, y que supera a McCain en otros cinco que en las últimas elecciones se decantaron por George W. Bush: Iowa, Nuevo México, Virginia, Colorado y Nevada.

El escenario para el senador por Arizona es desalentador. No ha estado por delante en ninguno de los 159 sondeos de las últimas seis semanas, y si quiere ganar la Presidencia tendrá que imponerse en once de los estados que dieron la reelección a Bush en 2004, en seis de los cuales parte con ventaja Obama.

Pese a todo, el Washington Post apuntaba este fin de semana a un factor que podría torcer el rumbo de los comicios: saber qué harán finalmente los votantes ante la posibilidad de que un afroamericano sea su presidente por primera vez en la historia, algo que podría provocar que la lucha sea más cerrada de lo que en realidad parece.

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